Hidratación en Niños y Adolescentes. Recomendaciones
El Agua es el nutriente que conforma más de la mitad de nuestro organismo, es imprescindible para la vida y sin ella sería imposible sobrevivir más de unos pocos días, pero a pesar de esto, no es claramente reconocida como la principal necesidad de nuestra alimentación.
Su baja ingesta y/o reemplazo por otras bebidas está asociado a la aparición de enfermedades: obesidad, caries, enfermedad metabólica, renal y otras.
La correcta hidratación mejora la performance deportiva, física, mental y promueve el adecuado funcionamiento de la mayor parte de nuestros órganos.
¿Cuánto Agua debe tomar un Niño?
Recomendaciones de la OMS según la edad:
- 1 a 3 años: 1 litro/día
- Desde 4 años: 2 litros/día
¿De dónde viene el agua qué consumimos?
Del agua como tal, otras bebidas e infusiones, y también como parte de los alimentos que consumimos.
Hábitos de Hidratación
Los primeros 6 meses, la Lactancia Materna Exclusiva aporta el 100% de las recomendaciones de líquidos.
A partir de los 6 meses con la incorporación de la alimentación complementaria, se inicia la incorporación de agua. Es muy importante en esta etapa no ofrecer bebidas azucaradas (jugos, gaseosas, aguas saborizadas), y solo ofrecer agua segura o leche materna, para saciar la sed.
Se aprende a beber de la misma manera que aprendemos a comer. A través de conductas imitativas, con la ayuda de nuestros pares. Los aprendizajes tempranos son esenciales para que los niños se habitúen a anticipar los momentos de mayor pérdida de agua y a mantener una ingesta de líquidos a lo largo de todo el día. Son claves para lograr un hábito saludable de hidratación la actitud de los padres, del entorno familiar y de la escuela.
¿Cuándo ofrecer agua a un niño?
La sed aparece tardíamente, y cuando un niño tiene sed, en general ya hay un proceso de deshidratación. Por eso es importante ofrecer agua segura a los niños con frecuencia y esta debe estar disponible en la casa, en el ámbito educativo y en los espacios públicos, sobre todo en ambientes de juego, donde hacen actividad física o cuando hace calor. Esto no solo colabora con la correcta hidratación sino con la incorporación del hábito de tomar agua.
Hidratación durante la Actividad Física
Los líquidos deben ser ingeridos antes, durante y después del ejercicio para reducir la deshidratación, la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, la perfusión de la piel y para mejorar el rendimiento deportivo. Se debe recordar que la sed es un indicador tardío de deshidratación.
Las
“bebidas deportivas” contienen azucares, minerales, electrolitos y
saborizantes, y están destinadas fundamentalmente a reponer las pérdidas por
sudor de agua y electrolitos. La ingesta de estos productos debe recomendarse
de forma cuidadosa para evitar una ingesta excesiva de calorías. En niños cuya
actividad deportiva se reduzca al ámbito escolar y no incluya la competición,
no parece necesaria ni conveniente la sustitución del agua por este tipo de
bebidas de forma habitual. En el caso del niño deportista que realiza
entrenamiento intenso o actividad de competición, su uso puede realizarse bajo
supervisión. No se recomienda su uso durante las comidas principales.
Fuentes
- Guías Alimentarias para la Población Argentina 2015.-
- Hidratación Saludable en la Infancia – CESNI 2015.-